Los gatos encerrados en mi dormitorio no dejan de hablar con mi cactus
Cada uno en su idioma propio y en su propio acento
Diplomados y egresados de diferentes universidades
Y en cierta forma todos drogados con opio y ungüento
El olor a clavos oxidados en la madera
Y los gatos que continúan con su oratoria
El fuerte whisky que provoca a recitar
Ojos verdes en la obscuridad que no dejan de observar.
Dibujos en la pared sin forma alguna
Cada vez empujando más hacia el techo
Visiones de amores pasados que no paran de llegar
Y los gatos que no dejan de molestar
Un ruido insolente perturba mi silencio
Un fuerte olor a azufre que sale de mi aliento
Un fuerte olor azul que atraviesa mi cerebro
El mismo azul con el que se forman mis pensamientos
Los gatos que paran de pronto de hablar
Y mi pobre cactus que comienza a vomitar
Los gatos azules que viven en mi cuarto no dejan de gritar
Espero que ya no estén en mi despertar
Sunday, August 21, 2011
Subscribe to:
Posts (Atom)
